por Noé Ibáñez Martínez
publicado en Periódico Acceso y Pueblo Guerrero
El enfrentamiento de los maestros ha sido en
esencia, contra el Estado. Operarios sociales de la política educativa, los
maestros aportan su propia visión del mundo al quehacer educativo, definido en
general por el Estado, pero materializado en infinidad de concreciones por los
trabajadores docentes, vinculados directamente con la problemática social en el
medio rural.
Seguramente, para las presentes generaciones de la
sociedad civil y principalmente urbana que son ajenas, hasta cierto punto, del
conflicto magisterial, les ha sido molesto e incluso violatorio a sus derechos
fundamentales a causa de las acciones emprendidas por el grupo magisterial que
desde hace poco más de un mes ha venido promoviendo contra la política
educativa del Estado, desde la promulgación de la llamada Reforma educativa.
Sin embargo, habría que reconocer que este
conflicto magisterial no es espontáneo ni improvisado, sino que existe una
larga tradición de lucha política, social e ideológica que los maestros han
llevado a cabo desde hace casi cien años. A través de huelgas, plantones,
consignas y marchas callejeras, han expresado y obligado a la sociedad de
percatarse de la injusticia y de la falsedad del Estado.
Recordemos que el magisterio nacional, como sector
específico de la sociedad mexicana, adquiere una significación política
particular, fundamentalmente, al término de la Revolución mexicana; luego de
haber sido sólo una aristocracia de teóricos pedagógicos durante la República Restaurada
y a lo largo del porfiriato y desligada al pueblo. Empero, se convirtió en los
años veinte en un sector importante, cuyo número de mentores incrementó luego
de una política de reclutamiento de voluntarios quienes participarían en las
misiones culturales y de ahí se involucraron directamente con los problemas de
las comunidades y los campesinos.
En otras palabras, las condiciones
histórico-estructurales del surgimiento del magisterio nacional, están
expresadas en esta necesidad del Estado producido por la Revolución mexicana:
integración nacional y desarrollo económico. Aunque, la contrapartida
filosófica, el perfil ideológico del maestro en lucha, se encuentra en la obra
de José Vasconcelos.
Romper con el espíritu de lucha del maestro rural,
quien está contacto directo con las condiciones precarias de la infraestructura
educativa de varias décadas, es imposible. Y muchos maestros aglutinados tanto
del SNTE como de la CNTE, mantienen ese espíritu de experiencias políticas en
su propia historia, como su participación en la lucha por la educación laica en
los años veinte; su participación en el proyecto de educación socialista y la
organización del campesinado; su lucha permanente por el mejoramiento salarial;
por dotar de una dirigencia sindical democrática, expresadas en las jornadas de
1956 y 1958; la participación destacada de los maestros rurales en las
guerrillas de los años 70 y la construcción y defensa de escuelas normales
rurales.
Además, esta historia llena de cotidianidad,
muertos, heridos, desaparecidos, presos, asambleas, debates, marchas, mítines,
plantones, huelgas, promesas incumplidas, demagogia…. la que está presente en
la actuación política de este sector; colocándolo en el centro de la
confrontación social. Están en la primera línea de fuego de esa guerra
cotidiana que significa lucha de clases, y parece claro que no se moverán de
ahí.
La imagen del maestro mártir, apóstol, santo,
soldado de la cultura, redentor del alma del hombre, miserable maestro mal
vestido pero engalanado del alma; se puede apreciar, hasta cierto punto que ha
venido denigrándose ante los ojos de la sociedad civil y gran parte de la clase
trabajadora urbana y empresarial; debido a la diversificación ideológica, la
globalización, la era de la información y el consumismo que afecta a gran parte
de la población.
El divorcio que existe entre Maestros y Estado, parece
ser que también se propaga entre la sociedad civil, al ser violentado sus
derechos fundamentales a causa de las acciones inmediatas de las luchas de los
mentores. Que los maestros traten de buscar la regeneración del hombre, la
recreación de una sociedad colectiva capaz de aglutinar a la sociedad y de
legitimar a un nuevo Estado, un nuevo estatuto y un nuevo ordenamiento; es
imposible, por las causas mencionadas.
El conflicto magisterial actual en Guerrero llegó a
su clímax, luego de que finalmente no hubo acuerdo. Este es un momento en el
que, ya sea que el Estado responda con una represión, encarcelamiento de
líderes u despido (como ya lo manifestó el secretario de Educación federal) o
el momento en el que se demuestre que la sociedad civil está al lado de los
maestros para convertirlo en un movimiento popular mayoritario, para buscar
revertir no sólo una reforma educativa, sino el tipo de relación de poder.
Veremos.
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