miércoles, 11 de noviembre de 2015

¿Intervención internacional en Guerrero?

Disertaciones | Noé Ibáñez Martínez

Guerrero es hoy es el estado más violento del país. Datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) revelan que permanece como la entidad con mayor incidencia por homicidio doloso al superar la tasa nacional por cada 100 mil habitantes en 296.05%.
De enero a septiembre de este año se han registrado al menos mil 500 homicidios dolosos, de los cuales más de la tercera parte han ocurrido en Acapulco, en donde hay un promedio de tres crímenes violentos cada día.
Ante esta situación, diversas organizaciones internacionales de derechos humanos han urgido al gobierno mexicano tomar acciones drásticas para frenar la ola de violencia y la crisis en la impartición de justicia en Guerrero.
Una de ellas, el International Crisis Group calificó como “terrorífica” la situación en Guerrero debido al nivel de violencia y de desapariciones forzadas, y es una de las organizaciones que se ha pronunciado a que se designe un fiscal especial para que investigue las desapariciones forzadas no resueltas.
Con motivo de su informe, “Desaparecidos. Justicia denegada en Guerrero, México”, Mary Speck, directora del proyecto para México y Centroamérica de Crisis Group, dijo ayer que la situación en Guerrero “es preocupante por varias cosas, no sólo por el caso Ayotzinapa: es un estado con una historia de impunidad muy larga, desde los años 70. Es un estado, también, productor de amapola… y es también de interés de la comunidad internacional solucionar y mejorar la situación de Guerrero”.
Por su parte, la organización Open Society Justice Initiative presentó este martes a diputados del Congreso local el informe titulado “Justicia fallida en el estado de Guerrero”, donde les hicieron saber que la procuración de justicia en el estado es “un completo desastre”, y en el extranjero la entidad es conocida como “fosalandia”, que, desde luego, tiene que ver con los 20 mil muertos que se apilan a la fecha desde 2005, muchos de ellos encontrados en fosas clandestinas.
Aunado a ello, Guerrero cuenta con la peor policía en materia de desarrollo, capacitación y control y confianza, según informe que presentó el pasado lunes la organización Causa en Común. De 180 efectivos evaluados de enero a junio, 49.4% no aprobó los exámenes de confianza. En ese periodo el promedio nacional de agentes reprobados fue de 17.2%.
Pero también es uno de los estados más armados, ocupa el segundo lugar nacional en registro de armas para seguridad y legítima defensa ante la Secretaría de la Defensa Nacional, la cual emitió en Guerrero 30 mil 689 registros entre 2005 y 2015, sólo después de Michoacán donde se registraron 53 mil 246 armas de fuego.
Este martes, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong afirmó que el clima de inseguridad en Guerrero es consecuencia de que los ex gobernadores Ángel Aguirre y Rogelio Ortega no atendieron las recomendaciones del gobierno federal en materia de formación policiaca y controles de confianza.
El mensaje parece ser claro: si desde el gobierno del estado no hay voluntad, la situación no cambiará. Por ello la urgencia de las organizaciones de una intervención internacional en la entidad y comenzar prácticamente de cero, lo cual daría mucha credibilidad a las cientos de familias que buscan a los suyos tanto en Iguala como en Chilapa, y otras ciudades del estado.
Ojalá esta vez la coordinación federación-estado fluya de manera óptima, para que en un mediano plazo se frene la ola de violencia que desangra a Guerrero. Y ojalá que las mismas autoridades se den cuenta de la situación crítica que atraviesa el estado, porque es inadmisible que organizaciones internacionales vengan a decirles a los diputados que la justicia en el estado donde viven “está mal”, y que Guerrero “es el ejemplo de la falta de esperanza y de que nada puede cambiar”. Aquí todos tenemos que sobrevivir, hasta el tigre “Ankor” que se escapó en Coyuca de Benítez, que de acuerdo al diario El País, el felino “tendrá que intentar sobrevivir en la tierra donde el narcotráfico ha dejado sembrado de cadáveres”.

OTHÓN SALAZAR