domingo, 22 de junio de 2014

Mensajes de ruptura del PRD para Chilpancingo

Noé Ibáñez M.

La visita del candidato a la dirigencia nacional del PRD, Carlos Navarrete Ruiz, a Chilpancingo este jueves, a invitación del diputado federal, Jorge Salgado Parra, para promover la recolección de firmas y tomar protesta a comités municipales promotores de la consulta ciudadana, cuya meta estatal es de 200 mil y a nivel nacional un millón 700 mil, y donde convocaron a la militancia y población en general a sumarse a esta campaña para echar abajo la reforma energética, que plantea, dijo Navarrete Ruiz, la libre expropiación de tierras particulares a empresas privadas para la exploración y extracción de petróleo, y aumentar a 20 pesos el precio del litro de gasolina.

En el evento llevado a cabo en el salón Cuicalli, Navarrete Ruiz estuvo acompañado por el coordinador de la corriente Foro Nuevo Sol (FNS), Vladimir Aguilar García; el diputado local del estado de México y dirigente de Alternativa Democrática Nacional, Héctor Bautista; el diputado federal Jorge Salgado Parra y el local Ángel Aguirre Herrera, así como por el dirigente de Grupo Guerrero (GG), David Jiménez Rumbo, y la de Movimiento Jaguar, Yolanda Domínguez. También destacó la primera aparición de la ex síndica capitalina, ex funcionaria de la Sedesol federal y ex priista, Socorro Mondragón Sosa, quien hace días anunció su renuncia al PRI y su incorporación al PRD, en la corriente Movimiento Jaguar.

Sin embargo, detrás de este acto público organizado por el diputado federal quince días de anticipación, tenía otro propósito: demostrar su capacidad de convocatoria y el llamado a la unidad de los aspirantes a la presidencia municipal de Chilpancingo. Pero el problema no fue eso, sino la forma de cómo lo hizo, ya que la invitación a las demás corrientes y aspirantes del PRD les llegó un día antes del evento, el cual dijeron, según fuentes cercanas, es una falta de respeto a la militancia y al PRD mismo. Por lo que decidieron no asistir al evento de Salgado Parra.

Por un lado, está la corriente Nueva Izquierda, encabezado en el estado por el diputado federal Sebastián de la Rosa Peláez, cuyo cuadro, entre los que sobresale Alejandro Mendoza Pastrana, aspirante a la alcaldía, decidió no asistir e incluso, según trascendió, había puesto sobre la mesa una posible renuncia a Nueva Izquierda y al PRD, por pretender obligarlo a asistir en un acto aparente de unidad. Por otro lado, el también aspirante Alejandro Arcos Catalán, diputado local, mandó al evento a un representante, ya que decidió acompañar al gobernador Ángel Aguirre Rivero en su gira por Chilpancingo y Petaquillas.

Sin duda, este aparente acto de unidad convocado por Jorge Salgado Parra dejó en descontento a varias tribus del PRD; aunque pareciera ser que era para destapar al diputado federal a la alcaldía capitalina, esto no sucedió. Por ello, tiene razón Mendoza Pastrana de estar molesto porque “ningunearon” a su corriente y su persona, quien es el que verdaderamente ha estado trabajando durante años con la militancia de base, visitando colonias, barrios y comunidades. Y sostuvo que Salgado Parra es quien pone en riesgo el triunfo histórico del PRD en Chilpancingo.

Fútbol, más allá de las canchas

Noé Ibáñez M.

Las expectativas que ha generado el campeonato mundial de fútbol que se celebra en Brasil son impresionantes. Involucra a millones de personas desde espectadores, deportistas y organizadores, hasta ciudadanos que son ajenos a este deporte o incluso, rechazan su organización en este país sede porque violenta directa y/o indirectamente sus derechos y dignidad. Es aquí donde surgen cuestionamientos sobre los que valdría la pena reflexionar.

¿Cómo es que un deporte como el fútbol logra desencadenar tanta pasión?, ¿forma parte de la cultura del hombre como ser lúdico? y, ¿cuáles son los intereses detrás de este deporte que para su organización se invierten millones de dólares y, en contraste, subsiste la pobreza extrema como en Brasil?

A principios de este siglo, el historiador holandés Johan Huizinga propuso una nueva denominación en las etapas de evolución del hombre, basándose en que el juego es la esencia de la manifestación de la vida y el florecimiento de las sociedades. De esta forma, propuso que en vez de Homo Sapiens, como se le considera al hombre “pensante” actual, se le considerara Homo Ludens, ya que no es tan pensante como se creía; sin embargo, el hombre sí juega, expresando una función esencial.

Durante el juego reina el entusiasmo y la emotividad, ya sea que se trate de una simple fiesta, de un momento de diversión o de una instancia más orientada a la competencia, como es el caso del futbol. La acción por momentos se acompaña de tensión, aunque también conlleva alegría y distensión. Por ejemplo, “mientras un delfín nada en el mar tranquilamente, un hombre nada a su lado y le dice «te voy a ganar». El hombre trata de avanzar al delfín: se manifiesta así el espíritu competitivo característico de la especie humana. Ese mismo afán es el que ha llevado a la invención del «deporte de competencia», es decir, la representación lúdica de la lucha por la vida.

Afirma Huizinga que sin cierto desarrollo de una actitud lúdica, ninguna cultura es posible. En las civilizaciones antiguas, las competiciones formaban parte de las fiestas sagradas. Pero en las competiciones modernas, este vínculo con el culto y lo religioso ha desaparecido. El deporte moderno más bien es una expresión autónoma del instinto agonal, que un factor profundo de sentido social. Y a pesar de su importancia a ojos de participantes y espectadores, hay que admitir que se ha transformado en fiesta y espectáculo en donde el viejo espíritu lúdico ya no se encuentra presente; y ha sido invadido por la técnica, publicidad y propaganda, con miras a obtener ganancias monetarias por varios millones de dólares.

En Brasil, más allá de las canchas, los equipos participantes, el espectáculo televisivo y la pasión que desbordan los aficionados; el evento tiene su lado oscuro, donde el 18.6% de la población vive en la pobreza igual o peor que en México. El gobierno que encabeza Dilma Rousseff, a pesar del esfuerzo por proyectar una imagen positiva; diversos medios de comunicación han hecho pública la denuncia de una campaña emprendida que se conoció como “higienización social” que consistió en que ciudades como São Paulo, Río de Janeiro, Belo Horizonte, Curitiba, Porto Alegre, Recife, Natal y Fortaleza, se eliminara la pobreza de las calles próximas a los estadios y las zonas turísticas.

En los últimos meses y durante el desarrollo de la justa mundialista, miles de personas han salido a las principales calles de Brasil para manifestar su descontento y exigir mejor calidad de vida, educación y transporte. De acuerdo con el Centro de Investigación Pew, el 72% de los brasileños manifestaron estar insatisfechos con la situación económica de su país; y a una semana del Mundial, el Sindicato de Trabajadores del Metro decidió estallar una huelga indefinida ante la negativa del aumento del 16% a su sueldo.

Según datos de la Comisión Económica Para América Latina (CEPAL), se gastaron para la organización e infraestructura más de 10 mil millones de euros (176 mil 332 millones 218 mil 312.16 pesos). El Mundial más caro de la historia, en un país no tan rico. Se estimó que la cifra supera a la registrada en Alemania y Sudáfrica. Lo importante para la FIFA es que obtendrá el 95% de los ingresos que produzca Brasil 2014, es decir, cerca de cuatro mil 900 millones de dólares (11 mil 633 millones 895 mil 453.53 pesos).

En este contexto sobre la situación social y deportiva en Brasil, la afirmación de Huizinga de que la competencia deportiva actual ha desviado su espíritu lúdico como factor cultural de construcción de las sociedades, y que el interés monetario y la publicidad de las instituciones organizadoras violentan incluso la dignidad humana, confirma su teoría de que el hombre no ha alcanzado la etapa de Homo Sapiens.

OTHÓN SALAZAR