Disertaciones
| Noé Ibáñez Martínez
Las
declaraciones en los últimos días del secretario de Educación Pública, Aurelio
Nuño Mayer, sobre una eminente reforma en febrero del próximo año para
modernizar las 449 Escuelas Normales en el país, 17 de ellas Rurales, ha
despertado la inquietud sobre el sentido en que serán enfocados dichos cambios.
Hasta
el momento, Nuño Mayer solo ha revelado que algunos de los objetivos son la
modernización, la profesionalización docente y el fortalecimiento de la
educación inicial, aunque ha sido enfático en señalar que todas las actividades
de dichas escuelas deberán estar “apegadas a la ley”, sobre todo tras los
señalamientos de una presunta infiltración de un grupo del crimen organizado en
la Normal de Ayotzinapa.
Es
claro que todo esto es a consecuencia de que existe un histórico abandono
gubernamental hacia las Escuelas Normales, particularmente las Rurales, por lo
que éstas se han volcado hacia la lucha y resistencia para enfrentar dicho
abandono.
Han
enfrentado un ataque frontal desde la época de Manuel Ávila Camacho, por lo que
llevan muchos años en su lucha por una educación pública y masiva. Por ejemplo,
en el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz, se ordenó el cierre de 18 escuelas normales,
desde ese momento, se han realizado diversos intentos por desaparecer estos
centros educativos, al ser considerados “cuna de guerrilleros”.
Cabe
recordar que las Normales Rurales nacen en la época post revolucionaria, a
iniciativa de José Vasconcelos, en un momento en que la mayor parte de la
población era analfabeta. En esos tiempos, el país no contaba con gente
capacitada para alfabetizar a la sociedad, ahí surgen estas escuelas, y con
Lázaro Cárdenas cambia el modelo a una educación socialista, la cual predomina
actualmente en muchas de ellas.
No
obstante, los niveles educativos son muy bajos, y esto se refleja en las
diversas evaluaciones realizadas. De acuerdo con el Informe 2015 Los Docentes
en México, entregado al Senado de la República por el Instituto Nacional para
la Evaluación de la Educación (INEE), 60% de los egresados de las escuelas
normales del país carece del perfil idóneo para ser maestro.
Además,
el INEE mostró al Senado que el 59% de quienes estudian para ser maestros; es decir,
78 mil jóvenes, provienen de familias cuyos ingresos están por debajo de la
línea de bienestar mínimo definida por el Consejo Nacional de Evaluación de la
Política de Desarrollo Social (Coneval), y como consecuencia, carecen de una
formación académica sólida al venir de sistemas educativos deficientes.
El INEE
recomendó que para éstos jóvenes, no solamente se les otorgue una beca
académica, sino también programas propedéuticos y de refuerzo, remediales y de
apoyo durante el tiempo que están estudiando para evitar que se tengan que ir y
para lograr que sus resultados sean los adecuados, y que pasen el examen de
admisión de ingreso a la docencia.
Sin
embargo, este interés por mejorar la calidad de las normales rurales
contraviene a las acciones del gobierno federal. Por ejemplo, en el Presupuesto
de Egresos para el próximo año desapareció el fondo para mantener a las
Escuelas Normales Rurales que anunció el presidente Enrique Peña Nieto para
fortalecer a estas instituciones, tras la desaparición de los normalistas de
Ayotzinapa.
Este
apoyo tenía contemplados 400 millones de pesos como parte del Ramo 11 del
Presupuesto de Egresos de la Federación, dedicado al sector educativo y al
gasto de la Secretaría de Educación Pública, para el Programa de Fortalecimiento
de la Calidad en Instituciones Educativas, en específico para el Programa de
Apoyo para Escuelas Normales Rurales.
Ante
este panorama, la SEP deberá iniciar mesas de análisis entre académicos,
docentes, padres de familia, representantes de alumnos, autoridades educativas
y miembros de la sociedad civil, a fin de establecer las nuevas bases de los
modelos educativos que se adapten a las necesidades de las normales; de lo
contrario, las autoridades seguirán encontrando resistencias en estos centros
educativos.
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@ibanez_marti