Noé Ibáñez Martínez
A casi dos meses del cambio de gobierno en Guerrero, el restablecer la
estabilidad social, política y de seguridad, e impulsar el desarrollo de la
entidad, son los retos de corto y mediano plazo para el próximo gobernador.
En mayo pasado, el Centro de Análisis de Políticas Públicas México Evalúa
propuso una selección de indicadores para conocer el escenario en materia de seguridad,
educación, gasto público, transparencia del proceso presupuestal y corrupción
que encontrarán los próximos gobernadores, entre ellos, el de Guerrero, Héctor
Astudillo Flores.
Estos indicadores buscan evaluar la gestión de los gobernadores
salientes y ser un punto de partida para medir el desempeño de los nuevos
mandatarios estatales, explicó Edna Jaime, directora general de México Evalúa.
A raíz de la desaparición de los 43 normalistas en Iguala, aunada a la
falta de desarrollo y de mejora en las condiciones de vida en Guerrero a través
de los años, colocan a la entidad con peor desempeño en todos los indicadores
que México Evalúa seleccionó en materia de seguridad, educación, gasto público,
rendición de cuentas y corrupción, salvo en los ámbitos de la deuda estatal y
de la confianza en la policía estatal.
En el ámbito de la Seguridad Pública, mientras a nivel nacional el 24.9%
de la población se sentía segura en 2014, en Guerrero solamente el 18.9% de
los habitantes compartían esta
percepción. La entidad se ubicaba entonces en el octavo lugar de los estados
con menor percepción de seguridad.
No obstante, dos meses después, el Instituto para la Economía y la Paz
(IEP) presentó el informe Índice de Paz
México 2015 en el que colocaba a Guerrero como el estado más violento del país.
“Los crímenes cometidos por la delincuencia organizada se ubican por
encima del promedio nacional (…) (Guerrero) es tierra propicia para más
homicidios, porque saben que no se van a castigar. A Guerrero solo se le puede
comparar con sí mismo”, dijo la vocera de la organización, Patricia de Obeso.
Este mismo informe ubicó a los municipios de Acapulco y Chilpancingo,
dentro de las cinco ciudades más inseguras del país por tener los índices más
bajos de paz, junto con Culiacán, Sinaloa; Tecomán, Colima y La Laguna en
Coahuila.
Por otra parte, mientras que la confianza en la policía estatal bajó
entre 2011 y 2013 para situarse muy por debajo del promedio nacional, mejoró
notablemente en 2014.
En el ámbito educativo, las constantes protestas magisteriales contra la
reforma educativa, así como la pérdida de un número importante de días de
clase, han contribuido a la baja calidad educativa en el estado.
Los resultados de las pruebas ENLACE y PISA confirman este diagnóstico,
señala México Evalúa. De acuerdo con ENLACE (2013), 89.9% de los alumnos de
tercer grado de secundaria pública en la entidad tuvieron un nivel insuficiente
o elemental en Español, contra 65.7% a nivel nacional, y 74.2% en Matemáticas,
contra 62.9 % a nivel nacional. De 6 niveles, la Prueba PISA (2012) reporta que
Guerrero tuvo los peores resultados en el país.
En Lectura, el 69.3% de los alumnos se encontraba en el Nivel 1 o debajo
de éste, contra 41.1% a nivel nacional, y en Matemáticas, el 79.8%, contra
54.7% a nivel nacional.
En el ámbito de gasto público y rendición de cuentas, mientras que otros
estados tienen niveles de deuda pública muy altos, Guerrero destaca por su
nivel muy bajo.
En 2013, el gasto ejercido por el estado rebasó el gasto aprobado por
22.52%. Por otra parte, la entidad tiene una recaudación muy baja: los ingresos
propios de la entidad representaron solamente 5.7% del gasto total, cuando el
promedio nacional rebasa el 15%.
En materia de compras gubernamentales, al revisar la legislación estatal
de adquisiciones, la de transparencia y portales web del gobierno, México
Evalúa identificó un alto nivel de opacidad, pues, muchos documentos que se
publican a nivel Federal no se publican a nivel del estado.
En el tema de la corrupción, la última Encuesta Nacional de Calidad e
Impacto Gubernamental (ENCIG) reporta que el 90.09% de los ciudadanos
guerrerenses percibe una alta ocurrencia de prácticas corruptas, porcentaje
superior al promedio nacional, en el que 88.3% de los ciudadanos tienen esta
percepción, destacó México Evalúa.
En este contexto, el próximo gobernador tendrá la ardua encomienda de
restablecer la estabilidad y encaminar el estado hacia una mejora estructural e
institucional que permita a los guerrerenses encontrar mayores oportunidades de
progreso.
hist23@gmail.com
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