Tixtla,
Gro; 26 de junio del 2013 (IRZA).- En la columna que está integrada por 25
personas que visten uniforme color verde y calzan botas, figuran cinco mujeres. El
grupo que instala su retén de revisión en el punto conocido como “Ojo de Agua”
en la entrada de la colonia precarista de “El Zapote”, primero hace una breve
marcha y luego, algunos se meten entre la maleza.
De
lo que ocurre en las noches y a veces a plena luz del día en este punto, es
contado por los lugareños y algunos integrantes de la recién constituida
Policía Comunitaria (PC), “aquí todas las noches se estaciona una camioneta
repleta con hombres armados que se dedican a detener a la gente para revisarlos
y exigirles dinero”, señala Mayra Nayeli Ponce.
Son
las 9 de la noche y pese a la pertinaz lluvia y entre las sombras se ve a una
mujer que lleva una jarra con café negro y una canasta con pan, “órale, tómense
un jarro de café con pan”, ofrece la mujer a los uniformados que portan rifles
calibre 22.
Aunque,
dos de las cinco mujeres que participan en el operativo, llevan machetes, “la
verdad nos da mucho miedo salir de noche”, señala Mayra Nayeli quien junto con
sus cuñadas, María Isabel y Ana García, vecinas de esta colonia, acordaron
participar en este grupo de autodefensa.
Las
cuñadas de Mayra, María y Ana, son madres solteras y al igual que ella, viven
al día.
Las
tres tienen hijos y viven en una casa con paredes de otate y techo de lámina de
cartón.
“No
tenemos ni para comer, menos para mantener a esos delincuentes”, dice la mujer
al referirse a un grupo de jóvenes a los que se les conoce como “halcones” y
que desde hace varios meses van a esta colonia y casa por casa le exigen a las
familias una cuota para no “molestarlos”.
Relató
que hace dos semanas a un vecino que se llama Jorge, le robaron cinco vacas de
su corral y las autoridades no quisieron levantar la denuncia y mucho menos
iniciar una investigación para detener a los responsables.
El
ruido y la luz de una motocicleta que se ve a lo lejos, pone en alerta a los
policías comunitarios.
El
conductor se pasa de largo del retén y de inmediato los comunitarios le gritan
que se detenga.
El
conductor, un joven delgado y de baja estatura y su acompañante que viste una
playera roja, se bajan de la unidad trastabillando, “son halcones, son halcones”,
se escuchan los gritos, “¡A ver revísenlos, seguro ahí traen droga!”, ordena el
comandante del grupo, José Alfredo Molina González.
Sin
embargo, descubren que los dos jóvenes detenidos y que presumían que iban a
vender droga, estaban ebrios.
Y
además, el muchacho de la playera roja, les contó a los comunitarios que ellos
querían platicar con los mandos de la PC para unirse al grupo de autodefensa,
“miren a mi compañero, lo levantaron y le robaron su dinero esos de la maña”,
contó el joven.
Tras
sufrir un regaño de los mandos de la Policía Comunitaria, a los dos jóvenes se
les permitió salir de la colonia.
Esta
colonia al igual que el barrio de El Fortín, ya constituyó, su propia Policía
Comunitaria, “a lo mejor soportamos que no haya servicios como el agua potable
y drenaje pero no podemos aguantar que esos delincuentes vengan a nuestras
casas a exigirnos dinero”, dijo Alfredo Molina.
Acusó
al alcalde perredista de este municipio, Gustavo Alcaraz de proteger a la
delincuencia, “este alcalde que dice que es del PRD, aparte de que nos tiene
sumidos en la marginación, es incapaz de frenar a la delincuencia organizada y
si esto sigue así, iremos contra él””, advirtió.
“Vamos
avanzando poco a poco, pero pronto Tixtla será territorio comunitario para
sacar a la delincuencia organizada”, dice Mayra Nayeli, quien cuenta que pronto
tendrán un curso de capacitación de defensa personal.
Dice
que ella y las otras cuatro mujeres que participan en el grupo de autodefensa,
tendrán dificultades, pero que se las arreglaran para cumplir con este servicio
social, “lo importante es que todos nosotros podamos vivir en paz”, afirmó.
(www.agenciairza.com)
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