“Venimos a decirles que estamos en
contra de la delincuencia. Nosotros lo hacemos porque nadie va a venir a
defendernos”. Explicaban mujeres nahuas de Chiepetepec a automovilistas;
esto debido a los robos, asaltos, violaciones y la presencia de personas con actuar extraña en la comunidad; y que en acuerdo común decidieron tomar dichas medidas para protegerse.
esto debido a los robos, asaltos, violaciones y la presencia de personas con actuar extraña en la comunidad; y que en acuerdo común decidieron tomar dichas medidas para protegerse.
Chiepetepec
de 1800 habitantes, municipio de Tlapa, se suma a los levantamientos populares
de Huamuxtitlán, Xochihuehuetlán, Cualac, Olinalá, Ayutla, Tecoanapa,
Ahuehuepan, Atliaca y Acatempa; buscando autodefenderse contra la delincuencia
organizada y evitar los secuestros y extorsiones de los que últimamente han
sido víctimas.
La
respuesta del Gobierno estatal que encabeza Ángel Aguirre Rivero ha sido
inmediata para atender esta problemática, enviando el Ejército, la Marina y la Policía
Federal y Estatal para reemplazar los retenes populares; sin embargo, estas
medidas no garantizan la plena seguridad de los ciudadanos, por lo que, éstos han
optado mantener los retenes populares en entradas y salidas de las comunidades.
Los
levantamientos armados de autodefensa contra la delincuencia que han surgido —hasta
el momento— demuestran la incapacidad del Estado mexicano para garantizar la
seguridad pública, no solamente en la entidad, sino en todo el país; aunada
también la complicidad y corrupción de la policía municipal, que protegen a las
bandas criminales.
Desde
hace años, las comunidades indígenas han sido víctimas de la delincuencia:
robos, extorsiones y secuestros. Los delincuentes vieron como “mina de oro” que
los pobladores tuvieran algún familiar en Estados Unidos, por lo que
intensificaron sus actividades ilícitas en las zonas con nula presencia
policiaca. En caminos de terracería y brechas que conducen a las comunidades,
los delincuentes asaltan a las “pasajeras”, luego que los indígenas regresan de
Tlapa a recibir algún pequeño envío de familiares; aunado también el común y
añejo robo de ganados.
Ante
estas circunstancias, la única alternativa que les queda es hacer justicia por
sus propias manos; no descartando que el movimiento de autodefensa, se extienda
por las demás comunidades indígenas de La Montaña, toda vez que el Gobierno
estatal, no garantice la seguridad y tranquilidad de las familiares
guerrerenses.
El
día de ayer, el gobernador Ángel Aguirre Rivero y los mandatarios de Morelos,
Edomex, Hidalgo, así como Jefe de Gobierno del Distrito Federal; se reunieron
con el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong y el gabinete de
seguridad nacional en la ciudad de Toluca; con la finalidad de afinar y
reforzar las estrategias en materia de seguridad en el país y el apoyo de la
federación a las entidades.
Seguramente,
la federación enviará a más efectivos del Ejército, la Marina y la Policía
Federal; para reforzar la seguridad en los puntos críticos en los que los
pueblos ya se levantaron. Sin embargo, el gobierno estatal tendrá que valorar y
no descuidar otras regiones del estado, donde evidentemente, los pobladores
están valorando seguir las mismas acciones y medidas.
Esto
se trata —quizás— de una primera fase de un levantamiento popular contra una
injusticia social como lo es la falta de seguridad pública; en este contexto,
los pobladores podrían aprovechar la coyuntura político-social para exigir al
Gobierno estatal y federal: educación, salud, obras sociales y otros beneficios
para el bien común. Y es lo que hacía falta… que el pueblo se pusiera de pie.
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