Chilpancingo,
Gro., julio 01 de 2013 (IRZA).- Comerciantes capitalinos coincidieron que no
hay mucho que festejar, al conmemorarse su día. La inseguridad y las bajas
ventas por la violencia, provocan que su día no sea de fiesta como hasta hace
unos cinco años solía ser.
Del
mercado Baltasar R. Leyva Mancilla, del primer cuadro de la ciudad, del mercado
de la colonia del PRI, y comerciantes ambulantes, coincidieron que la violencia
los azota y pidieron a los gobiernos federal estatal y municipal hacer algo
para que puedan realizar su actividad sin el acecho de la delincuencia y sin
que tengan que pagar cuotas por trabajar.
La
mayoría de los entrevistados evitaron decir sus nombres por temor a
represalias, pero aseguraron que el día del comerciante pasó de ser un día
bonito a uno más donde la principal característica de sus días es el miedo.
Una
comerciante de ropa del centro de la ciudad compartió que “los mañosos se
acercaron a pedirme cuota, me dijeron que si no les daba me iban a matar y
también a mi familia. Se acercan y dicen que nos darán protección, pero claro
que nos da miedo. Tuve que ceder, igual mis compañeros de al lado, no te voy a decir
cuánto damos, pero ya estamos hartos”.
Otro
del mercado Baltasar R. Leyva, que vende oro, aseguró que a él no le han
intentado cobrar cuota ni el famoso cobro de piso, pero sí lo han extorsionado
y secuestrado, “debemos decir fuerte que ya basta, o no sabemos qué hacer. No
he denunciado porque mi familia está de por medio, uno tiene que seguir
trabajando, pero si está muy mal la inseguridad”.
Los
comerciantes coincidieron en que ya no pueden desempeñar sus actividades
normales como antes, “cuando el mercado era de camaradería, venía la gente a
comprar y no nos daba miedo que alguien viniera, sabíamos que toda la gente
llegaba a surtirse, a comprar. Pero ahora debemos andar con cuidado, porque
hasta de los policías desconfiamos”.
Todos,
exigieron al alcalde Mario Moreno Arcos, al gobernador, Ángel Aguirre y al
presidente Enrique Peña Nieto, hacer algo por ese sector, “por nuestras
familias, por nuestros seres queridos que a diario están pensado que no nos
pase nada. Andamos prácticamente con el Jesús en la boca y esta situación no
puede seguir así”. (www.agenciairza.com)
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